La prueba de natación o llamada también soltura acuática se trata quizá de la más sencilla de superar (también en la que más gente se confía y luego aparece algún susto debido a la fatiga acumulada ya que se trata de la última prueba a realizar de las cuatro pruebas en la oposición), pero que requiere de una técnica muy depurada para poder conseguir un buen resultado. De hecho la clave a la hora de entrenar será la técnica de nado, y deberá ser en lo que tendrás que centrarte fundamentalmente ya que, por poco que mejores tu técnica, los resultados mejorarán mucho. Así, los resultados dependerán en mayor medida de tu técnica de nado.
En la prueba de natación la distancia a recorrer será de 50 metros. La prueba se comenzará de pie al borde de la piscina. Cuando se da la señal, los aspirantes se lanzan al agua y deben nadar los 50 metros sin apoyo y con estilo libre. No se permite tocar ninguno de los elementos que delimitan la calle, salvo que sea necesario hacer un viraje.
Sólo se permitirá realizar un único intento, por lo que habrá que llevar cuidado sobre todo en la salida, ya que un nulo sería descalificación directa. Para obtener un «apto» en esta prueba hay que realizar máximo 1 minuto 10 segundos en el caso de los hombres y 1 minuto 15 segundos en el caso de las mujeres.
Cómo entrenar la prueba de natación en las oposiciones a Guardia Civil
Como hemos comentado previamente, para superar la prueba de natación no deberás tener un portento físico para nadar, simplemente te bastará con tener una buena técnica y un mínimo de resistencia (más bien potencia) en el agua. Por ello te damos las claves para mejorar tu técnica:
Mejorar la hidrodinámica
La hidrodinámica se trata de tu capacidad para moverte bajo el agua. Ten en cuenta que es mucho más eficiente desplazarse por debajo del agua que por encima. A una mayor hidrodinámica, mayor velocidad para desplazarte por este fluido tendrá tu cuerpo. Las claves para mejorar tu hidrodinámica serán:
Resistencia de fricción
La fricción depende en gran medida de la rugosidad de un objeto (o cuerpo) bajo el agua. Cuando más liso sea, menor fricción y por tanto menor resistencia ofrecerá durante el desplazamiento. En este sentido, no podrás modificar tu piel para que tenga menos fricción, pero depilándote sí mejorarás la resistencia al avance.
Resistencia de la forma
Cuanto menor superficie del cuerpo se oponga al agua más rápido vas a nadar:
- Mira hacia abajo, no hacia delante.
- Alarga los brazos, su peso equilibra el centro de gravedad con respecto a las piernas.
- Bate las piernas, no las dejes muertas.
- No levantes la cabeza para orientarte (aumenta la resistencia y se bajan los pies). Sólo debes girarla hacia el lado aprovechando la pequeña ola que se forma a tu lado en cada brazada.
- Alarga el brazo a la altura del hombro (no hacia afuera).
- No bascules la pelvis (mueve el cuerpo como un todo) y haz el "rolito" (giro de todo el cuerpo de 45 grados, que te ayuda a sacar menos la cabeza para respirar y a colocar mejor el cuerpo para efectuar la propulsión).
Mejorar la propulsión del tren superior
Se realiza dentro del agua con los brazos en mayor medida. Debes intentar coger la mayor cantidad de agua posible y desplazarla hacia atrás. Te lo detallamos en 4 pasos:
- Alarga el brazo todo lo posible (coincide con la fase final del rolito a los 45º)
- Lleva los dedos ligeramente separados (5-10 mm)
- Elevar y rotar el hombro (elevar el codo y el antebrazo verticalmente lo antes posible) hace que se coja más agua para arrastrar hacia atrás.
- Llevar el brazo lo más atrás posible para desplazar agua en todo el recorrido (hasta las caderas).
Mejorar la propulsión del tren inferior
Coloca el pie en flexión plantar, así la patada deberá ser corta, potente y desde la cadera, no desde la rodilla. Un error común es dar las patadas doblando las rodillas.
Coordinación corporal
- Da la patada a la vez que la brazada.
- Saca la cabeza mínimamente y de forma rápida para respirar cuando la brazada esté a punto de concluir.
- Aprovechar la mayor rotación del rolido para iniciar la tracción.
- Introducir correctamente la mano sobre el agua para mantener la horizontalidad del tronco.